Conocer nuestras emociones

La emoción es un estado interior que puede ser decidido por uno mismo.

Si una persona decide vivir una emoción concreta, nadie más puede alterar ésa decisión, si ella no lo permite. El problema es que lo autorizamos cuando imaginamos que somos débiles en comparación con los demás (no somos conscientes y, seguro que pocos estarán de acuerdo con esa afirmación).

¿Qué pasaría si no nos comparásemos con nadie?

¿Qué pasaría si decidíamos escoger la emoción del día? La mente, nuestra mente, enseguida nos diría que es una tontería. Pero, ¿y si pasásemos de nuestra mente y de los demás, y estuviésemos todo el día con la emoción escogida presente en nuestra consciencia?

¿Que podría pasar? Sea cual fuere: alegría, tristeza, aburrimiento, dolor, satisfacción…sencillamente seria la emoción elegida para vivir en este momento. O sería la emoción que nos toca vivir.

¿Y por qué no? No tenemos que demostrar nada a nadie ni luchar contra nadie tampoco. Solo sentir la emoción plenamente.

¿Por qué no tomarlo como un pasatiempo y jugarlo con los niños ?Podríamos escoger algunas emociones y repartirlas. Cada uno tendría que expresar la que le ha correspondido con total libertad. Sería un juego y todo estaría permitido. Con ello nos daríamos cuenta de que nuestro comportamiento diario puede ser modificado (recuerda bien: he dicho nuestro comportamiento, no él de los demás), y así podríamos aprender a vivirlas plenamente.

¿A qué se debe? Pues al hecho de que normalmente evitamos las emociones. Al desconocerlas, no sabemos manejarlas y al emocionarnos perdemos el control. Las emociones son una parte muy importante de nuestra vida, y si no las sabemos gestionar, somos temerosos de ellas.

Vamos a conocer entonces nuestras propias emociones. Pero ante todo, vamos a identificar nuestro estado actual y vivir la emoción que sentimos en este preciso momento. Sé que puedes pensar:

— ¡Hombre! Hay que ser valiente y pasar de esto.

Pero quiero afirmarte que es más valiente el que vive con intensidad lo que siente. Y después, decide lo que quieres sentir, vivir, ser, hacer…

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