Una persona a la que le guste la naturaleza, y que de verdad disfrute de toda esta riqueza, se siente mucho mejor. Pero ¿cuantos de nosotros ponemos atención a lo que podemos sentir sin pagar?... Valorando solo lo que podemos comprar, podemos afirmar que hemos empobrecido nuestras vidas.
Creo que sería interesante introducir en nuestra educación “el sentir”. Aprender a sentir más con los cinco sentidos: ver, escuchar, oler, tocar, saborear. Podemos aprender a hacerlo de nuevo como niños: con inocencia, con curiosidad y con admiración.
La vida en sí, sería mucho más interesante y muy rica en vivencias.
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